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Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

19 de marzo de 2011

19 de Marzo, Solemnidad del Patriarca San José, Patrono de la Iglesia Universal






mprendemos el estudio de San José con veneración, con respeto, casi sin ruido, dispuestos a escuchar el callado rumor de un alma que embelesa. No es la suya una vida que se deslíe en el tiempo. Si nos limitásemos a ver al Santo Patriarca únicamente tras los tenues y velados acaecimientos de la historia, no sabríamos comprender el significado de su paso por la tierra. El perfil de su figura perdería peso, quedaría apenas dibujado de no ampliar nuestro horizonte hasta más allá de lo visible. Hay vidas que aturden por el estruendo de sus hechos de un día. Son simple anécdota, emoción fugitiva. Otras, en cambio, se deslizan con levedad, con la gracia apacible de un remanso. A primera vista parecen decir muy poco; pero si ahondamos, si sabemos deletrear su sublime abecedario, nos quedamos absortos ante el deslumbramiento. Tal es la vida del humilde artesano de Nazaret. En ella, con murmurio de colmena, el hervor resuena dentro.

San José es un abismo de interioridad. Mientras su cuerpo reluce como dechado de templanza, su alma, preparada para recibir comunicaciones divinas, se nos presenta como un trasunto del paraíso, como un reino de armonía, semejante a una lira pulsada por la mano de Dios. Respira cielo. Vive en la cumbre de todas las elevaciones. No en vano tuvo a Jesús en sus brazos, le meció cuando pequeño, se oyó llamar padre por la Sabiduría y sintió el derretimiento producido por la contemplación de aquel Niño en cuyas manos había florecido la pluralidad del universo. Por algo bebió durante una treintena de años en los ojos, en la sonrisa de su Hijo adoptivo el agua transparente que salta hasta la vida eterna. ¡Misterio inenarrable! No podemos llegar hasta nuestro Santo con las manos vacías. Para entenderle tenemos que llenarnos de perfecciones, afinar nuestros sentidos espirituales y añadir una nueva vibración a nuestro lenguaje. A su lado nos sentimos muy pequeños. Pero su amabilidad, reflejo angélico, nos anima, nos atrae, nos alienta con una ternura acogedora. Lleguémonos, pues, a la orilla de su vida con amor, con el mismo amor con el que los evangelistas, los doctores, los teólogos nos hablaron, nos siguen hablando de Él.
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18 de marzo de 2011

Ciencia y Religión



por Gilbert Keith Chesterton


Traducción de Juan Manuel Salmerón, tomado de su blog.

Título original: «Science and religion»,
en All Things Considered .




stos días nos acusan de atacar a la ciencia porque queremos que sea científica. Seguro que no es faltar al respeto a nuestro médico decir que es nuestro médico, no nuestro cura, nuestra esposa o nosotros mismos. No incumbe al médico decir si debemos o no debemos tomar las aguas; lo que le incumbe decir es qué efectos tiene en la salud tomar las aguas. Tras lo cual, claro es, toca a nosotros decidir. La ciencia es como una suma: o es exacta o es falsa. Mezclar ciencia y filosofía no produce más que una filosofía sin valor ideal y una ciencia sin valor práctico. Quiero que mi médico de cabecera me diga si esta o aquella comida me matará. Corresponde a mi filósofo de cabecera decirme si debo morir. Pido perdón por todas estas perogrulladas, pero es que acabo de leer un folleto cuyos autores, hombres sumamente inteligentes, no parecen haber oído ni una sola de estas perogrulladas en su vida.


Los que detestan al inofensivo autor de esta columna se limitan (en el paroxismo de su abominación) a llamarlo «brillante», lo que en nuestro periodismo hace tiempo que es una expresión despreciativa. Pero me temo que incluso este desdeñoso calificativo me honra en exceso. Cada vez estoy más convencido de que padezco, no una impertinencia relumbrante y llamativa, sino una simpleza que raya en la estupidez. Cada vez estoy más persuadido de que soy tonto de remate, y de que todos los demás son la mar de listos. Acabo de leer esta importante recopilación de escritos, que me han enviado en nombre de una serie de personas a las que tengo en gran estima, y que se titula La nueva teología y la religión aplicada, y juro que he leído párrafos y párrafo sin saber de qué hablaban sus autores. O hablan de una religión oscura y salvaje en la que se educaron y de la que yo no sé nada, o hablan de una visión de Dios radiante y cegadora que ellos han tenido, que yo nunca he tenido y cuyo resplandor les confunde la razón y la palabra. El mejor ejemplo que puedo citar tiene que ver con la cuestión de la ciencia que acabo de mencionar. Las siguientes palabras las firma un señor cuya inteligencia respeto, pero no les encuentro ni pies ni cabeza:

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Cirilo de Jerusalén, lo mismo que a otros grandes obispos del siglo IV, le tocó vivir una de las épocas más difíciles de la historia de la Iglesia. Las controversias teológicas sobre la divinidad del Verbo, que exigían, ciertamente, una precisión suma en la formulación de los conceptos que se discutían, habían llegado a ser en aquellos días encarnizadas y poco edificantes. Cirilo, suave por temperamento, las aborrecía; quería permanecer neutral en la lucha, prefería estar alejado del campo de batalla, deseaba instruir más que polemizar, y por eso su figura adquiere el porte de un apóstol y de un obispo pacificador.

Nació en Jerusalén o en sus cercanías, hacia el 313 ó 315. Fue uno de aquellos jóvenes ascetas que, sin retirarse al desierto, hacía una vida de santidad y continencia perfecta. Tal vez fuese más verídico afirmar con un sinaxario griego, que desde joven se retiró a un monasterio, en donde pasó la juventud consagrado a la ciencia y al conocimiento de la Escritura. Su buena preparación le hacia un candidato seguro al sacerdocio, y por eso, alrededor de sus treinta años San Máximo de Jerusalén le ordenó de presbítero.
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17 de marzo de 2011

El Catolicismo en nuestra Historia


La Historia de los países hispanoamericanos, es la historia de España, por lo menos hasta su abrupta separación, alrededor de 1810; por tanto lo aquí glosado, para todos los íberoamericanos, es nuestra propia Historia. Cada vez que lea España, cada cual de los lectores lea México, Argentina, Chile, Uruguay, Colombia, y un largo etc., pues éstas son nuestras raíces.
Y entiéndase, que de nuestra común raíz, nuestro actual desconcierto, y sin dudas nuestro común futuro, dependen de las fuentes en las que abrevemos, bien sean ellas las tradicionales, o bien las de las actuales "latinoamérica" (en minúsculas y pronunciadas en WASP), o de la indoamérica ( también en minúsculas y acuñadas por Chávez, Evo, Lugo, and why not? Kirchner).
El Cruzamante

por D. Juan Vázquez de Mella

Cangas de Onís (Asturias), 8 de Junio de 1861- Madrid, 28 de febrero de 1928

El catolicismo en nuestra historia. 17 de mayo de 1913. Discurso en la Real Academia de Jurisprudencia.


Tomado de ¡Avant!


se vínculo que une nuestra vida con la vida de la Patria nos obliga a mucho. A lo primero que nos obliga es a conocerla, y no se puede amar lo que se ignora. De aquí voy a deducir una consecuencia: que si es necesario conocer a la nación para amarla, hay que conocer su vida íntima, hay que conocer la directriz de su historia, el principio vital que ha informado su ser y todas las manifestaciones de su genio, y para conocer eso, cuando se trata de España, hay que conocer la Religión Católica.

Pero ¿es verdad que la Religión Católica constituye el elemento predominante y directivo de la Patria y de la nación española? Para negarlo, a fin de eludir la consecuencia de la enseñanza religiosa obligatoria, hay que negar su historia, es decir, negar a España, no tengo más que trazar ante vosotros las líneas más grandes y más generales de esa historia para demostraros que la Religión Católica es la inspiradora de España, la informadora de toda su vida, la que le ha dado el ser, y que sin ella no hay alma, ni carácter, ni espíritu nacional.

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Coraza de San Patricio

Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza,
la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas, En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.


Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol,
Esplendor del fuego,
Rapidez del rayo,
Ligereza del viento,
Profundidad de los mares,
Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De las trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal,
Lejanos y cercanos,
Solos o en multitud.


Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.


Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo,
Cristo frente a mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí, Cristo a mi diestra,
Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar,
Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.

invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del nacimiento de Cristo y su bautismo,
Por medio de la fuerza de Su crucifixión y su sepulcro,
Por medio de la fuerza de Su resurrección y asunción,
Por medio de la fuerza de Su descenso para juzgar el mal.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza del amor de Querubines,
En obediencia de Ángeles, En servicio de Arcángeles,
En la esperanza que la resurrección encuentra recompensa,
En oraciones de Patriarcas, En palabras de Profetas,
En prédicas de Apóstoles, En inocencia de Santas Vírgenes,
En obras de hombres de bien.


Me levanto hoy
Por medio del poder del cielo:
Luz del sol,
Esplendor del fuego,
Rapidez del rayo,
Ligereza del viento,
Profundidad de los mares,
Estabilidad de la tierra,
Firmeza de la roca.


Me levanto hoy
Por medio de la fuerza de Dios que me conduce:
Poder de Dios que me sostiene,
Sabiduría de Dios que me guía,
Mirada de Dios que me vigila,
Oído de Dios que me escucha,
Palabra de Dios que habla por mí,
Mano de Dios que me guarda,
Sendero de Dios tendido frente a mí,
Escudo de Dios que me protege,
Legiones de Dios para salvarme
De las trampas del demonio,
De tentaciones de vicios,
De cualquiera que me desee mal,
Lejanos y cercanos,
Solos o en multitud.


Yo invoco éste día todos estos poderes entre mí y el malvado,
Contra despiadados poderes que se opongan a mi cuerpo y alma,
Contra conjuros de falsos profetas,
Contra las negras leyes de los paganos,
Contra las falsas leyes de los herejes,
Contra obras y fetiches de idolatría,
Contra encantamientos de brujas, forjas y hechiceros,
Contra cualquier conocimiento corruptor de cuerpo y alma.


Cristo escúdame hoy
Contra filtros y venenos, Contra quemaduras,
Contra sofocación, Contra heridas,
De tal forma que pueda recibir recompensa en abundancia.
Cristo conmigo,
Cristo frente a mí,
Cristo tras de mí,
Cristo en mí, Cristo a mi diestra,
Cristo a mi siniestra,
Cristo al descansar,
Cristo al levantar,
Cristo en el corazón de cada hombre que piense en mí,
Cristo en la boca de todos los que hablen de mí,
Cristo en cada ojo que me mira,
Cristo en cada oído que me escucha.
Me levanto hoy
Por medio de poderosa fuerza, la invocación de la Trinidad,
Por medio de creer en sus Tres Personas,
Por medio de confesar la Unidad,
Del Creador de la Creación.

17 de Marzo. San Patricio, Obispo y Confesor, Apóstol de Irlanda



a labor y la vida del apóstol de Irlanda recuerdan las hazañas y la santidad de los grandes profetas del Antiguo, Testamento. La razón no es difícil de encontrar si consideramos las circunstancias históricas que rodean su trabajo en aquella isla. El Imperio romano, al extenderse a Francia y a las Islas Británicas, dio lugar a la penetración del catolicismo en aquellas regiones; pero la fe, que había avanzado con las legiones, tuvo que retirarse juntamente con ellas y el paganismo llegó a dominarlas otra vez mediante la invasión de los bárbaros. La divina Providencia eligió nuevos apóstoles para aquellos países, apóstoles dotados de todos los carismas necesarios para la lucha contra las fuerzas primitivas del mal. Por eso las vidas de aquellos misioneros se llenaban de milagros que nos recuerdan las escenas en Egipto cuando Moisés se enfrentó con los magos de Faraón o cuando Elías retó a los sacerdotes de Baal.

El futuro apóstol de Irlanda nació en 372, pero no se sabe con exactitud el lugar de aquel acontecimiento, Algunos lo ponen en Inglaterra, otros en Francia o Escocia. Sin embargo, sabemos algo de sus padres. Su madre, Concessa, pertenecía a la familia de San Martín, obispo de Tours, mientras su padre, Calfurnio, fue oficial del ejército romano, de buena familia. Ambos fueron cristianos. En el bautismo el niño recibió el nombre de Succat —el nombre de Patricio le fue dado mucho más tarde por el papa Celestino, juntamente con la misión de predicar el Evangelio en Irlanda—. De todas maneras, nosotros le llamaremos Patricio desde ahora para evitar confusiones.
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16 de marzo de 2011

Nota sobre homosexualidad y homosexualismo



por el Dr. ABELARDO PITHOD


Tomado de El Derecho. Diario de Doctrina y Jurisprudencia.



No se debe discriminar a los homosexuales, es cierto, pero de ninguna manera aceptar las presiones del homosexualismo.

El núcleo duro de estas presiones es el llamado “orgullo gay”.

Un homosexual es una persona y como tal se le debe respeto.

Distinto es que le rindamos honores por ser homosexual.

En primer lugar porque le haríamos un mal a él mismo, y qué decir a los jóvenes y a la sociedad en general.

Hay homosexuales u homófilos que lamentan su condición de tales y que, incluso, luchan contra su inclinación.

No se ha comprobado que en el origen de la homosexualidad haya factores genéticos. Sí se conoce con bastante evidencia empírica que su causalidad es eminentemente social, que se halla en la biografía del sujeto.
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Actuales herejías




por Jorge Andregnette Capurro




Tomado del blog de Cabildo








n este tiempo de Cuaresma conviene, ciertamente, investigar si algunas herejías, combatidas tan exitosamente por San Agustín, no viven y actúan aún. Pongamos un ejemplo: el pelagianismo. Sabemos que tal heresiarca —Pelagio— inició dentro del Cristianismo un proceso de secularización de la cultura. Pero hete aquí que ese proceso de “secularización de la cultura” tiene adeptos en el mundo actual y estos le han puesto manos a obra. Basta asomarse al mundo, en Europa, o en ambas márgenes del Plata, a su prensa radial o televisiva, o a los grandes medios de comunicación de masas en general, para comprobarlo. Vemos en todos estos medios una constante, que en “Contra Julianum opus imperfectum”, el de Hipona señaló así : “la libertad consiste en una emancipación del hombre respecto a Dios”. Por doquier vemos tremolar las ominosas banderas del humanismo laico de nuestro tiempo: a) emancipémonos de Dios, b) emancipémonos del dogma, c) de la moral católica, y sustituyámosla por una lavada “educación en valores” que nadie sabe qué son, dicho sea entre paréntesis, y finalmente, emancipémonos de toda jerarquía o autoridad.

Un pensador insigne,que con su pensamiento se adelantó y fue profeta, por decirlo así, de muchos males que hoy presenciamos: nos referimos a Don Juan Donoso Cortés, escribía en cierta oportunidad al Cardenal Fornari, por supuesto, en el siglo XIX:
“Los errores contemporáneos son infinitos; pero todos ellos, si bien se mira, tienen su origen y van a morir en dos negaciones supremas; una relativa a Dios, y la otra, relativa al hombre. La sociedad niega de Dios que tenga cuidado de sus criaturas, y del hombre, que sea concebido en pecado. Su orgullo ha dicho al hombre de estos tiempos dos cosas y ambas se las ha creído:que no tiene lunar y que no necesita de Dios; que es fuerte y que es hermoso; por eso lo vemos engreído en su poder y enamorado de su hermosura”.

Nos preguntamos: ¿No es el secreto envenenamiento del antiguo pelagianismo el que campea por sus fueros en el pensamiento de hoy? Creemos que sí, pues lo vemos en las prédicas de los hombres públicos en ambas márgenes del Plata y, todavía más grave, en algún Pastor encargado de la grey católica, que a veces son los primeros, por desgracia, en levantar tales estandartes del error.

El que que arrastra a muchos sedicentes católicos, algunos en cargos de responsabilidad política y los lleva a apoyar y aun a votar leyes inicuas. Desde los escaños parlamentarios, leyes que contrarían el orden natural, guiados por esa supuesta “emancipación del hombre respecto a Dios”. Se nos ha hecho creer que las fuerzas creadoras del hombre, cuya “libertad” es de una esencia pura, no deben ser estorbadas por la soberanía de Dios. No tiene entonces sentido la acción del Espíritu Santo ni la gracia ni los sacramentos. Todo esto también es pelagianismo.

En “La nausée”, la obra cumbre de Sartre, el hombre pelagiano henchido de vana ciencia, comienza con la euforia pero comprobando su vacío interior, termina con asco de sí mismo. No obstante, se persevera en el error, y se lo difunde por doquier.

Con el pelagianismo,el mundo que nos toca vivir asiste también a otra herejía: tan vieja como aquélla: el marxismo, nueva versión del maniqueismo,en el que la materia eterna está sometida a un proceso interior de lucha en que las tesis y las antítesis tenderán a resolverse en una síntesis. El hombre, enrolado en la contienda de los contrarios, burguesía y proletariado, pierde su dignidad y queda incorporado al todo,engranaje anónimo de toda aquella dialéctica.

El autor que ya citamos, Donoso Cortés, se refiere al maniqueísmo de Proudhon, pues según este último “el poder divino y humano son dos poderes rivales y el único deber del hombre es vencer a Dios, enemigo del hombre”. Tenemos entonces que tener presente que el marxismo, nuevo maniqueísmo, coincide con este último en tres cosas fundamentales: el materialismo, el fatalismo y la lucha o dialéctica de los contrarios, la materia eterna que experimenta un proceso de lucha interior. De manera entonces que tenemos allí una herejía subsistente a través de los siglos.

Con razón se ha señalado que detrás de todo antagonismo político subyace una enemistad teológica. En el caso,herejías combatidas por aquel Obispo de Hipona subsisten, bajo otras formas, en nuestros días,p ero con la misma virulencia. De manera entonces, en una como en otra herejía, tanto el bien como el mal carecen de sentido. El bien absoluto de ese hombre que se ha “emancipado” de Dios, será la prosperidad y la libertad económica propia del liberalismo: el mal absoluto,la carencia de bienes materiales, por la que se preocupan tanto aquel como el marxismo,pues son vertientes de una misma negación de lo divino. El “non serviam” del Ángel Rebelde.

Fray Victorino Capánaga,en su obra “San Agustín” (Ed. Studium, Madrid-Buenos Aires, 1954) nos dice que con la situación señalada, la vigencia de ambas herejías “…toda la economía del Cristianismo se tambalea. Porque si el hombre no es un ser caído,tampoco ha sido levantado o reparado. No tiene sentido la Encarnación ni el misterio de la Cruz ni la acción santificadora del Espíritu Santo,y sobran la gracia y los sacramentos,la Iglesia y la mediación de María y la Comunión de los Santos. Con estas negaciones se han formado las bases de la soberanía del hombre libre, que era el ideal de Juliano, mermando la soberanía divina y repudiándola como insostenible…”

He aquí entonces el resultado de nuestra reflexión:los mismos errores y perversiones bajo distinto nombre, pero igualmente dañinos para el árbol de la Cristiandad, y tal parece que, con estas “emancipaciones”, que lucen en los estandartes señalados, el Enemigo está dispuesto a colocar el golpe de la segur, no ya a las ramas,sino a la propia raíz. Hora entonces de prepararse para entablar el “buen combate”.

16 de marzo, Santos Juan de Brebeuf e Isaac Jogues, y compañeros Mártires .



n los primeros años del siglo XVII comienza la evangelización del Canadá . Llegó entonces a aquellas tierras —y las exploró en sucesivos viajes— Samuel de Champlain, seguido de un tropel de aventureros, con el propósito de fundar un establecimiento permanente bajo la soberanía francesa para dedicarse al lucrativo comercio de pieles, Así se fundaron primeramente Port-Royal (Annápolis) en Nueva Escocia y Quebec en las orillas del río San Lorenzo; poco más tarde, Trois-Rivieres y Montreal.

Aquellos aventureros del primitivo Canadá francés eran, en su mayor parte, de confesión calvinista. No obstante, en 1615, Champlain hizo venir algunos franciscanos recoletos, que comenzaron a predicar el Evangelio, y uno de ellos, fray José Le Caron, adentrándose por las enormes selvas deshabitadas que cubrían la región de los lagos, alcanzó el país de los indios llamados hurones, De este modo iba a quedar señalado el primer objetivo de las misiones canadienses.

Las tierras de la orilla meridional del San Lorenzo y del Ontario estaban habitadas por las temibles tribus iroquesas. Los algonquinos vivían en la otra orilla, En medio de estas dos grandes familias indígenas rivales se hallaban aisladas otras tribus de pieles rojas, numéricamente menos importantes; entre ellas, los hurones. Todos los indígenas de aquellos parajes practicaban la vida nómada, como corresponde a los pueblos cazadores. Los hurones, aunque sin abandonar la vida errante, cultivaban temporalmente algunas parcelas y se hallaban iniciados en la evolución al sedentarismo, propio de la vida agrícola. Por eso, ellos parecieron el objetivo inmediato más propicio a la obra misional.
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15 de marzo de 2011

15 de Marzo, San Longinos, Mártir




an Longinos fue el centurión que por órdenes de Pilatos, estuvo con otros soldados al pie de la cruz de Nuestro Señor y el que traspasó su costado con una lanza. Longinos fue quien, al ver las portentosas convulsiones de la naturaleza que se produjeron a la muerte de Cristo, pronunció la famosa frase que le hizo el primer convertido a la fe cristiana: "Verdaderamente, Este era Hijo de Dios". También se dice que se estaba quedando ciego y al dar la lanzada, una gota del Salvador cayó sobre sus ojos y lo dejó sano al instante; por tal razón, abandonó la carrera de soldado y después de haber sido instruido por los apóstoles, llevó una vida monástica en Cesárea, Capadocia, donde ganó muchas almas para Cristo por medio de palabras y ejemplo.

Muy pronto cayó en manos de los perseguidores, que lo llevaron a juicio y como se rehusó a ofrecer sacrificio, el gobernador ordenó que se le quebrantaran a golpes todos los dientes y que le cortaran la lengua. Sin embargo, el santo cogió una hacha y redujo a fragmentos los ídolos, de donde salió una horda de demonios que se apoderó del gobernador y sus ayudantes, que comenzaron a dar gritos y gemidos. Longinos fue hacia el gobernador y le dijo que solo con su muerte podrá ser curado, por lo que fue condenado a ser decapitado. Tan pronto fue ejecutado el santo, el gobernador mostró su arrepentimiento y en el mismo momento recuperó la cordura y terminó su vida haciendo toda clase de buenas obras.



El mismo día: San Raimundo, Abad de Fitero, Fundador de la Orden de Calatrava




"Fue así que, impelido y forzado de divino impulso, se levantó como en sueños, y, despavorido, se fue al aposento de Raimundo, que estaba contiguo al suyo, y con voces desmedidas y alteradas, que no parecían de su ordinaria modestia, se despertó diciendo: "Santo, Padre, vamos a la guerra contra lo moros." El santo viejo, admirado de lo que miraba, como quien conocía la religión, quietud y discreción de fray Diego, le despidió con amor y con blandura. Mandóle se volviese a su aposento, diciéndole: Que la verdadera guerra del monje había de ser la quietud y soledad, hacer penitencia y llorar sus culpas y las del pueblo."

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14 de marzo de 2011

Por el honor de la Sangre



por el Dr. Antonio Caponetto


Tomado del blog de Cabildo



Sangre de Cristo, embriágame

Mientras el mundo gemía el drama de Japón, sucedido en el inicio de la Cuaresma; mientras el luto desplegaba su ropaje austero sobre el corazón de los hombres decentes, nos llegó la noticia, según la cual, un grupúsculo burdelesco de funcionarios oficialistas, encabezados por el actual ministro de Economía, se daba cita en el bar “Perón Perón”, ubicado en lo que llaman ahora Palermo Hollywood, y que otrora supo ser, decentemente, “un cielo de relinchos y de crines”, al decir de Jorge Luis Borges.

La banda orgiástica del kirchnerismo tenía su propósito expreso en aquella jornada luctuosa de marzo: presentar un nuevo vino, llamado “El Justicialista”, que según sus promotores, sumaría aún más alegría a la que ya tiene el pueblo como consecuencia de las bondades múltiples que prodiga este Gobierno. Henchidos de ínfulas electoraleras —que es estar rebosante de chapuzas— los hijos de Cristina libaron y brindaron por lo que juzgan su inmodificable y seguro triunfo político.

Personajes de talante prostibulario se aglutinaron alrededor del neobrebaje, convencidos todos de que se puede imponer la alegría popular por decreto de necesidad y urgencia. Y cada uno de ellos, a su turno y copa en garfio, sintióse autorizado a expresar alguna sonora porquería.

Llegado el momento del palurdo que funge de Secretario de Cultura —y que para abreviar llamaremos Jorge Coscia— dijo, según registro de las crónicas: “El vino es bíblico. El famoso pedo que se agarró Noé aparece en la Biblia, el primer libro” (cfr. “La Nación”, 12 de marzo de 2011, pág. 18).

“Todos se rieron con ganas”, según apunta a renglón seguido el mismo informante. Es lógico que así fuera. Existe un patólogico reír —propio de los idiotas o de los degenerados— el perfidum ridens, que expresa el gozo que les causa ver la humillación de los demás. En este caso el humillado era nada menos que el Patriarca Noé, cuya embriaguez (Génesis, 9,18-29) es figura de esa copa densa de los pecados del mundo, que el mismo Cristo pidió auxilio al Padre para poder beber (San Mateo, 26, 42). Así lo vieron exégetas de nota, y el mismo Buonarotti lo plasmó en uno de sus frescos, el último de la serie del Génesis que está en la bóveda de la Sixtina.

Pero para el Secretario de Cultura —paradigma del intelectual K— Noé es apenas un borracho, y el sacrilegio un divertimento de taberna peronista. Es que Coscia, como sus pares de Carta Abierta, merecen ser discípulos de aquella extraña Escuela de Slovenrie, para quienes orinar, peer y vomitar era el modo connatural de expresarse.

Faltaba lo peor, y al final llegó en aquella tenida patibularia. El Ministro de Agricultura, que responde al nombre de Julián Domínguez, alzó una de las botellas de “El Justicialista”, y “se animó, incluso, a comparar el vino con la sangre de Cristo, que «dio la vida por la humanidad», con la sangre de Kirchner, que «dio la vida por la política»” (cfr. “La Nación”, ibidem).

Hay una sola manera argentina de castigar esta blasfemia, y es horadando la lengua del impío, como enseñaba el Gral. José de San Martín. ¿Quién se atreverá a hacerlo, mientras le explica al reo que el señor Kirchner no derramó ninguna sangre por nada ni nadie, sino que reventó una noche bajo el destino maldito del insensato, al que el Supremo Juez le pregunta: “¿para quién será lo que has amontonado”? (San Mateo, 12, 16-20). ¿Quién se atreverá al justiciero hierro candente, para que el fuego lave, junto con la injuria, la mitología grotesca que ha transformado en héroe y en santo al más vulgar de los canallas y al más ladrón de los rencorosos?

Y hay una sola manera católica de castigar esta horrible imprecación. La explica San Alfonso María de Ligorio en su Sermón IX —para el domingo XXIVº después de Pentecostés— citando a San Juan Crisóstomo: “cuando oigas blasfemar a un hijo vuestro, rómpele la boca, santificando así vuestras manos” (cfr. “Obras Ascéticas”, Madrid, BAC, 1954, vol. II, pág. 523). ¿Quién osará aplicarle la merecida pena? ¿Acaso alguno de estos obispos felones que cuando sale algún curazo agalludo a contener a los viles, acaba pidiéndoles perdón y acallando al valiente?

No; nadie excepto el Dios de los Ejércitos castigará a estos repugnantes blasfemos. Que no se llaman sólo Boudou, Coscia o Domínguez, porque tienen los mil nombres de los obsecuentes que rodean el trono de la jaca.

Por eso, desoiré en la ocasión a las voces amigas que me piden no trasgredir los límites de la mesura. Pero ¿si no estoy dispuesto a este minímisimo gesto de santa indignación por el honor de la preciosa Sangre de Cristo, por quién lo haré?

Escuchen pues, esbirros y esbirras kirchenristas que han sido o serán capaces de tamaña perfidia; escuchen lo único que merecen escuchar con voz tronitonante: son todos ustedes una manga de hijos de puta.


Sanguis Christi, inebria me.

14 de Marzo, Santa Matilde, Reina




ra descendiente del famoso guerrero Widukind e hija del duque de Westfalia. Desde niña fue educada por las monjas del convento de Erfurt y adquirió una gran piedad y una fortísima inclinación hacia la caridad para con los pobres.

Muy jóven se casó con Enrique, duque de Sajonia (Alemania). Su matrimonio fue excepcionalmente feliz. Sus hijos fueron: Otón primero, emperador de Alemania; Enrique, duque de Baviera; San Bruno, Arzobispo de Baviera; Gernerga, esposa de un gobernante; y Eduvigis, madre del famoso rey francés, Hugo Capeto. Su esposo Enrique obtuvo resonantes triunfos en la lucha por defender su patria, Alemania, de las invasiones de feroces extranjeros. Y él atribuía gran parte de sus victorias a las oraciones de su santa esposa Matilde. Enrique fue nombrado rey, y Matilde al convertirse en reina no dejó sus modos humildes y piadosos de vivir.
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13 de marzo de 2011

Primer Domingo de Cuaresma






por el R.P. Leonardo Castellani


Tomado de Domingueras prédicas.
Ediciones Jauja
Mendoza, 1997










"Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Y después de hacer un ayuno de cuarenta días y cuarenta noches, al fin sintió hambre. Y acercándose el tentador, le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes». Mas él respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios». Entonces el diablo le lleva consigo a la Ciudad Santa, le pone sobre el alero del Templo, y le dice: «Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: A sus ángeles te encomendará, y en sus manos te llevarán, para que no tropiece tu pie en piedra alguna». Jesús le dijo: «También está escrito: No tentarás al Señor tu Dios». Todavía le lleva consigo el diablo a un monte muy alto, le muestra todos los reinos del mundo y su gloria, y le dice: «Todo esto te daré si postrándote me adoras». Dícele entonces ' Jesús: «Apártate, Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a él darás culto». Entonces el diablo le deja. Y he aquí que se acercaron unos ángeles y le servían."
(Mt. 4,1-11)


(Sermón del Primer Domingo de Cuaresma de 1966)

oy hay sacerdotes que niegan las Tentaciones. Tengo el resumen de un artículo publicado con toda clase de aprobaciones en la "Revista Eclesiástica" de Lima, que me mandó mi amigo el P. jesuita Florentino Alcañiz: niega la realidad de las Tentaciones de Cristo y afirma que son una "dramatización " para expresar la eterna lucha del bien y del mal. Niega también que haya endemoniados y afirma que todos los "endemoniados" del Evangelio fueron enfermos y nada más. ¿Y cómo Cristo los dio por endemoniados, e incluso habló con los demonios? Ah, ésa es otra "dramatización", para significar la existencia del mal en el mundo. Después, como si esto fuese poco, se mete con la Santísima Madre de Jesucristo (cosa que Jesucristo no suele tolerar) y dice que la aparición del Ángel Gabriel es un cuento ridículo; y que eso es otra dramatización del "monólogo interior" de María Santísima; o sea, que la Virgen se preguntó ella misma y se respondió ella misma: —¿Quieres ser Madre de Dios? —Sí quiero, cómo no.

Entonces, según Su Sapientísima Reverencia, los milagros de Cristo podrían ser todos "dramatizaciones" —Perfectamente, cómo no —Entonces, Reverendo, ¿en qué se funda su fe? —Se funda en la razón —Hace mucho tiempo que no tienes ni pizca de fe —ni pizca de razón— diría tu Padre San Ignacio de Loyola.

Me hace acordar lo que le sucedió a un paisano mío de Reconquista, que se le paró al lado un turista en auto y dijo: —Oiga amigo ¿éste es el camino que va a Reconquista? —Sí señor. El otro puso en marcha el auto y el paisano le gritó: —Ep, párese! —¿Qué hay? —Este es el camino de Reconquista; pero si quiere llegar a Reconquista, pegue media vuelta y agarre pal otro lao, dirección contraria. Así este Profesor de Escritura, anda por la Sagrada Escritura, pero en dirección contraria: cree que anda entrando y anda saliendo.

Las Tentaciones de Cristo son reales y verdaderas. No diré que sean fáciles: son la mar de raras.

Algunos intérpretes (Durand, y también en cierto modo San Jerónimo y San Juan Crisóstomo) dicen que es natural, Cristo siendo Dios no podía ser tentado como nosotros los hombres. Pero Cristo no fue tentado como Dios, es imposible; y su natura de hombre es esencialmente la misma que la mía.

Mejor dijo el gran místico alemán del siglo XIII Maestro Eckhart: que las tentaciones de Cristo fueron las mismas que las nuestras. ¿Cómo se entiende eso?

La materia de nuestras tentaciones es diferente; en realidad es diferente en cada hombre; pero el fondo (o sea lo que llaman los tomistas "la forma", que no significa figura sino la estructura esencial de cada cosa, el "alma" como si dijéramos) ésa es la misma. El esquema general es el mismo.

En la parábola de las "Dos Banderas" que inserta San Ignacio en sus "Ejercicios Espirituales", presenta a Cristo y a Satán como dos caudillos que están reclutando gente para sus campañas bélicas: San Ignacio ve la vida cristiana como una milicia, pues él había sido milico. El Mal Caudillo se sienta en un trono de fuego y humo, en figura horrible y espantosa; y haciendo llamamiento de innumerables demonios los manda a tentar por tres escalones; primero de codicia de riquezas; después de vano honor del mundo; por último a recrecida soberbia; de donde después los precipiten en todos los vicios y pecados. "Dale al diablo un cabello y te tomará todo el pelo" —dice el español. San Juan Crisóstomo pone también estos tres escalones.

Los que hacen los ejercicios dicen —yo mismo lo he dicho alguna vez: "Eso es inexacto. Las tentaciones comunes son: l-querer tener mucha plata; 2- exceso de lujo, boato, diversiones y comodidades; 3- pecados carnales". Eso es así, pero es un caso particular del esquema de San Ignacio y del esquema de las Tentaciones de Cristo: primero tienta el demonio con la codicia de una cosa creada (y todas las cosas creadas menos la salud pueden conseguirse con la plata), una cosa creada que no es mala en sí, pero que apegársele demasiado es malo —a veces muy malo; después tienta con una cosa ya mala, aunque no sea o no parezca un crimen; después tienta con cosas perversas. No está obligado el diablo a tentar en este orden lógico; y por eso tampoco los Evangelistas las ponen en el mismo orden: Lucas lo cambia.

Codicia de riquezas: demasiado nos previno Cristo contra ella; el mundo de hoy ha olvidado esa prevención; y por eso anda trastornado; estamos en el Reino del Dinero. Un multimillonario argentino tiene poco que ver con un multimillonario yanqui; pero aquí no hay muchos. Un millonario yanqui, que había muchos hasta llegar al poder Teodoro Roosevelt y los llamaban "los Megaterios Sagrados" no son millonarios, son Billonarios (en Estados Unidos y Francia un billón son mil millones). ¿Saben Uds. cuánto viene a ser un billón? Ni lo imaginamos. Por ejemplo, si al nacer Cristo un hombre tuviera un billón de dólares y gastase mil dólares al día (cosa que ningún hombre puede), ahora, pasados casi dos mil años a 365.000 dólares al año, le quedaría dinero todavía que gastar unos 700 años —un poco más. Hagan la cuenta, es una multiplicación y una división que puede hacer un escuelerito de 6º grado.

Es una aberración que un hombre tenga un billón; no lo ha ganado, es un robo; y esa aberración gobierna hoy al mundo. Santo Tomás dice que si se permite a todos que lucren todo lo que puedan, sin límites, eso no es lícito, es aberrante. Ahora no hay muchos billonarios en E.E.U.U., porque el Estado, por medio de exorbitantes impuestos, barre con las grandes fortunas; pero el Estado a su vez se ha convertido en billonario, trillonario y cuatrillonario, y eso es para peor. No solamente la deuda pública, solamente los intereses de la deuda pública de E.E.U.U. pasan del billón. ¿Y quién va a pagar esa deuda? Nadie, no se puede pagar. ¿Y los intereses? Los paga todo el mundo, empezando por las naciones sonsas.

Un amigo me dijo que el Diablo ha puesto a los E.E.U.U. las tres tentaciones; la tentación de la riqueza, y han caído; la tentación de la fama y el poder, y han caído: robo de territorios a Méjico y España, entrada innecesaria en las dos Grandes Guerras, poder: lo han conseguido. Ahora le ha puesto la última: el gobierno del mundo entero; lo mismo que a China, Rusia y De Gaulle (Europa); a los cuatro Grandes. Veremos lo que pasa.

Esto sólo ya es un loquero; el mundo no puede andar bien; y encima están los otros dos escalones del diablo —que dependen del primero.

Salto los otros dos escalones, porque no hay tiempo. En el segundo escalón están la vanagloria, el auto-engrupimiento y la ambición. Cada día se publican en el mundo (y la gente los lee) millares de libros lascivos, obscenos, sacrilegos, crueles o absurdos. ¿De qué viene eso? De la angurria de gloria, y también de dinero, de los escritores. Y la ambición ha causado más muertes en el mundo que todas las pestes juntas; porque della proceden las guerras.

En el tercer escalón está la crecida soberbia, que fue el pecado del Diablo y también de Adán. Al llegar aquí Cristo rechazó a Satanás sin cortesía: "¡Fuera de aquí!"

Así que vean cómo el diablo tentó a Cristo según el esquema; por supuesto que lo tentó en la suposición de que Cristo podía ser el Mesías, cosa que el Maldito no sabía seguro. Primero lo tienta con una cosa buena, el pan; pero que la consiguiera por mal camino, un milagro innecesario; segundo, con el afán de hacerse famoso, pero por medio de una temeridad, la cual es en sí mismo pecado grave contra la Prudencia; tercero, con una máxima maldad —a la cual tentación sucumbirá el Anticristo: tomar al diablo como Dios (1).

Como dije antes, este Evangelio está erizado de dificultades: he explicado la principal. Por ejemplo: ¿agarró el Diablo a Cristo que estaba en el desierto y lo llevó volando al pináculo del Templo? "¡Qué julepe tendría el Maldito!" —dice Santa Teresa. Probablemente se apareció en figura de peregrino y le pidió lo acompañara al Templo: el texto griego dice "paralambánein" que no significa "agarrar" ni "transportar" sino "conducir consigo". ¿Y luego lo llevó volando a un monte alto desde donde se vieran "todos los Reinos del Mundo —a la montaña de Djebel Karantal, a 30 km. de Jerusalén, como dice la leyenda? También aquí dice "paralambánein". Probablemente produjo una gran visión imaginaria en torno a Cristo, donde se viese además de Jerusalén muchas suntuosas ciudades, ríos, valles y mares — todo el mundo en abreviatura.
El Diablo da bien de comer y da mal de cenar, dice el español. Al final del Padre Nuestro pedimos a Dios nos libre del Mal —o nos libre del Diablo— como traducen los ingleses ("the Evil One") y los alemanes; y los brasileros. No podemos saber qué palabra aramea dijo Cristo, pues no nos ha quedado el Evangelio arameo de San Mateo —si es que existió. En griego y en latín, la última palabra del Padre Nuestro puede traducirse "de todo mal" o "del Malo"; porque ese ablativo que hay allí: "a malo" y "Apó poneeroü" puede venir de un nominativo masculino o bien neutro.

Es lo mismo de todos modos: que nos libre del pecado o del Diablo que es el que induce y se aprovecha del pecado.

(1). El judío converso Albert Frank-Duquesne, a quien Castellani considera el mayor exégeta de nuestro siglo, sostiene que "el primer choque del Mesías con el Demonio recibe, en la tradición judía, un sentido y un acento literalmente, inversos de los que uno encuentra en el relato evangélico de la Tentación... Ciertos temas que desarrolla la narración evangélica de la Tentación habían tocado el pensamiento judío ¡pero en un espíritu netamente antievangélico! Lo que Jesús rechaza como sugestión diabólica, es aquello que, para los rabinos, debe precisamente manifestar la dignidad mesiánica... Así el Mesías debía, milagrosamente, "dar abundancia de pan a los pobres". Después de la multiplicación narrada por los cuatro Evangelios... la multitud saciada proclama: "Este es el profeta que tenía que venir al mundo" (Jn. 6,14)... Este Mesías debía realizar su manifestación desde lo alto del Templo de Jerusalén... Desde allí proclama su Reino, la liberación de Israel y el sometimiento de las naciones paganas: entonces Jerusalén se convertirá en capital del mundo y el Reino del Mesías absorberá al Imperio Romano... El Mesías del Judaismo, en el primer siglo de nuestra era, es por tanto el Anticristo del Evangelio" ("Réflexions sur Satán en Marge de la Tradition Judéo-chretiénne", en "Satán", Les Etudes Carmélitaines, Desclée de Brouwer, 1948, págs. 219-220, 232, 220).

13 de Marzo, Santa Eufrasia, Vírgen



anta Eufrasia, más ilustre por su virtud que por su nobleza, nació en Constantinopla, hacia el 380, en tiempos del emperador Teodosio el Grande, con quien estaba emparentada. Sus padres, Antígono y Eufrasia, eran dechado de virtudes en la corte. Ofrecieron su hija a Dios, y luego vivieron en continencia para dedicarse con más desembarazo a la virtud.

Todo el esmero de la virtuosa madre fue la educación cristiana de su hija. Le hablaba del amor a Jesucristo, de la salvación eterna, del horror al pecado, del santo temor de Dios. La niña Eufrasia aprendió tan bien la lección que a la tierna edad de cinco años era la admiración de todos.

Perdió a los cinco años a su padre. El emperador la tomó bajo su tutela. Era tan agraciada que tuvo muchos pretendientes.El emperador firmó por ella un compromiso para cuando fuera mayor. También los tuvo su madre, viuda de veintidós años, tan admirada por su virtud como por su hermosura. Pero la madre, que ya había hecho voto de castidad, marchó a Egipto, con su hija, buscando un retiro para dedicarse a Dios el resto de su vida.

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